
El paso del tiempo se ve en el cambio que nos ocasiona “crecer”, me sorprende el tamaño de mi hermana menor, me es tan difícil creer que ya es toda una señorita, pero ese cambio la ha vuelto rebelde, soberbia, no permite consejos, impone su criterio con la experiencia de cada uno de nosotros.
Hiere montones con apenas catorce años, me acuerdo que a esa edad no podía responderle a mi mamá porque me pegaba como si hubiera blasfemado.
Diario discutimos por la falta de obediencia por parte de la nena, nunca está de acuerdo con los consejos que le damos, nuestro amor es para ella, pero prefiere a los amigos, son quienes la llenan de chismes, se burlan de ella, no la respetan, pero al final amigos de ella.
Duele querer ayudar a alguien y que esa persona no quiera ser ayudada, evitarle heridas, caídas, golpes, malos tratos, pero al final ella es la que decide.
Por mi parte, mi presencia estará ausente en su vida, ya he llorado mucho por esta familia, he llorado por ella y me harté, trate de ayudarla, ahora es mi tiempo.
Diario discutimos por la falta de obediencia por parte de la nena, nunca está de acuerdo con los consejos que le damos, nuestro amor es para ella, pero prefiere a los amigos, son quienes la llenan de chismes, se burlan de ella, no la respetan, pero al final amigos de ella.
Duele querer ayudar a alguien y que esa persona no quiera ser ayudada, evitarle heridas, caídas, golpes, malos tratos, pero al final ella es la que decide.
Por mi parte, mi presencia estará ausente en su vida, ya he llorado mucho por esta familia, he llorado por ella y me harté, trate de ayudarla, ahora es mi tiempo.
Pintura: Niña triste, Martha Cháves Rodríguez.