jueves, diciembre 21, 2006

Se Fue¡¡¡


“Mi Unicornio Azul ayer se me perdió pastando lo deje y desapareció, cualquier información bien la voy a pagar, las flores que dejo no me han querido hablar”.

No se si se me fue, no se si se extravió… Si sé, se fue, no suele extraviarse, se canso de ser en mi mundo, se canso de escuchar los mismos testimonios, trato de superarlo, pero aún no lo logro.
Sí, tenía el derecho de hablar, de expresarse, y lo solía hacer y no dulcemente, cosa que me agradaba, siempre le alabe esa manera poco sutil de decir las cosas, nunca maquilló las palabras, lo admiro¡¡¡ siempre con su entereza y su rigidez, para decir lo que piensa, también admiro eso, ya que siempre me ha costado defender mi opinión, decir lo que pienso, nos soy de rodeos, pero siempre me costo llegar al punto… En fin…

“Mi unicornio y yo hicimos amistad, un poco con amor, un poco con verdad, con su cuerno de añil pescaba una canción, saberla compartir era su vocación”.

Me introdujo a un mundo donde todo era diferente a lo que yo vivía día a día, me encantaba cada canción que compartía conmigo, sus versos, sus corduras débiles, su simple silencio…
Más sintió que yo su espacio invadía, que el doble era yo, no es de esa manera, no es como creen, como la gente le decía, deje que descargara las municiones sobre mi alma, le permití que clavara su enojo en mi corazón, yo solo asentía con la cabeza, me hacía un nudo en la lengua y lo digería para que mis palabras no se atravesarán con las suyas, no lo soporte, surgieron mis lagrimas, y su imagen de dureza seguía intocable, inmovible, bien por ella… No dije nada, deje que terminara, le permití que me acribillara… Y al final de su desahogo y el principio de mi dolor, me levante deje el libro, tome mis llaves y me marche, dejando en las aceras pasos que tenían la melodía del llanto sin consuelo, me sumergí en la almohada, quien no lloro conmigo, mi llanto solitario se trato de escapar por un libro, no logro irse, recuerdos, canciones, letras, partículas de tiempo, sus palabras esa noche, todo surgía, todo me visitaba, menos su presencia.

“Mi unicornio Azul, se me ha perdido ayer, se fue”.


jueves, diciembre 14, 2006

Fue el día en que le descubrí

Fue el día en el que le descubrí, no imagine lo que sucedería un mes después, no lo planeamos simplemente coincidimos, no olvide ese día por la serie de situaciones que viví, en un café donde el humo no podía surgir por los ojos irritados de un baterista, una preocupación por mi parte de un periodo que no llegaba y que anhelaba su aparición, un brindis inolvidable con un café humeante, una mirada que me perseguía, pero que yo no notaba, una sonrisa que me lo confirmo, fue en un lugar, creo que una hendija donde le volví a ver, y nos encontramos uno al lado del otro hablando de cotidianidades, y cosas no tan cotidianas, no era cotidiano conocerle.

No le quise dar la importancia por que ya mi corazón estaba dejando de latir para el amor, estaba suicidando la vida de un alma perdida… Suicidando mi vida bajo un esquema de superficialismo, de falsedades, apariencias que no me pertenecían, ya venía cerrando el tema de amar, de creer, me venía convirtiendo en un maniquí manejado por el placer y no precisamente el mío… Lo acepto me interese por él, me intereso su manera de ser, la alegría que sus ojos esparcían, que me lograron contagiar, desde ese día mi imaginación se dio a la tarea de fabricar imágenes, y situaciones en las que los dos coincidíamos, pero seguía en la lucha de no darle la importancia, para no acabar en las mismas situaciones de siempre.

Era imposible olvidar ese día por que mi voz no tenía el mismo tono que el día anterior, era una voz gastada por las canciones coreadas, coreadas del alma, y el sueño concurría, no me abandonaba ya que solo había logrado dormir unas cuantas horas, no las suficientes para proveer las fuerzas necesarias, y en clases no se podía hacer el ritual del descanso, en fin… Desde ese día no pare de recordarle e inconscientemente su nombre se aparecía en mis conversaciones, anhelaba saber que hacía, que le apasionaba, que le enojaba, quería llegar a conocerle, saber si esa sonrisa había sido para ser un poco amable con la plumita recién llegada…

Decidí convertirlo en uno de mis contactos, para tener la excusa de que quería saber más de la gente que escuchaba y concurría al mal país, todo era un presagio del amor,… El significado de haberle conocido es la alegría de mis días.

Una razón más para amar la vida, para agradecer al Divino por las bendiciones y tesoros que me da.
Fue en el momento que entendí que no se podía prescindir del amor, que no se podía andar por la vida evitando la felicidad, si no hubiera hecho caso a mi intuición, a mis sentimientos, le habría dado la espalda a un hombre valeroso, no es perfecto, pero le amo, no es el único, pero es mi amor, no tiene todo el oro del mundo, pero es el más valioso, es el que se ha convertido una razón de existir, ahora entiendo la dependencia que se le atribuye a la pareja, que muchas ocasiones critique pero que el día de hoy compruebo, y no lo niego que vendrán cosas que nos van a dañar, que nos vendrán a afectar, por que no todo es color de rosa, pero espero tener la madurez y la entereza para superar lo malo y aceptar lo bueno con alegría y paz, y junto con él descubrir el sentido del amor.

Junto a él se le ve diferente a la vida…

miércoles, diciembre 13, 2006

Se valora más en la ausencia

Fue un mes duro para soportar las tardes de café sin vos, se vio la ausencia de la presencia de quien por 7 años compartía conmigo anécdotas, llantos, chismes, risas... No tenía idea de cómo retomar el camino, de cómo acercarme a vos, me sentía una extraña en tu vida, como si mis palabras ya no te interesaran, de hecho así me siento, que ya no te interesa lo que hay de nuevo, que me escuchás por que no hay de otra, me duele el saber que ya nada es lo que era, que los paisajes son aridos, que los fríos se sienten más, que ya mis tardes de café se ven solitarias, solamente una taza sobre la mesa, ya no más charlas en el corredor, ya no más noches de música, ya no más caminatas por las noches... pero, ¿Qué paso?... Por qué la gente que se ama tiene que alejarse, cambiamos, crecemos... Me niego a perderte, me niego a que quieras renunciar a nuestra amistad.
Ya una vez perdí a una amiga por no querer ceder, esta vez no permitire que suceda lo mismo, sos mi amiga, mi hermana, una alegría más con quién me gustaría contar cuando mis pies se cansen.